Se trata de una película bélica que explota al máximo las posibilidades del género al narrar una historia paralela. Acabada la Primera Guerra del Golfo, unos soldados tratan de buscar un tesoro en un bunker de Saddam Hussein. Tomando como base el denostado cine de aventuras, O. Rusell realiza una lúcida reflexión sobre la guerra combinando, de este modo, entretenimiento y mensaje. Los cuatro protagonistas (muy bien interpretados) representan al hombre, ser contradictorio, capaz de ser avaricioso y solidario al mismo tiempo.
Técnicamente la factura es notable, con algunas escenas sencillamente magistrales -destaco la del camión-, una narración original y creíble, donde la banda sonora juega un papel dinamizador.
En definitiva, Tres Reyes es una obra recomendable, tanto por el ameno espectáculo cinematográfico que nos ofrece, como por su capacidad para conmovernos.