Excepcional artículo del profesor García Cárcel en ABC: La desmemoria histórica.

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-Yo no sé de Física cuántica -le dijo un amigo a otro en un bar.
La conversación sobre Einstein tuvo que detenerse por la honestidad de uno de los interlocutores. Desgraciadamente, poca gente hace lo mismo en nuestros días. "Hay gente pa tó", fue lo que comentó el célebre torero cordobés Guerrita cuando le presentaron a un tipo que se dedicaba a pensar.
-Se llama don José Ortega y Gasset, es filósofo.
- ¿Y eso qué es?
Guerrita mostraba honestidad. Como el tipo que no sabía Física Cuántica en el bar. Hay gente pa tó. Sin embargo, hoy estamos asistiendo a una sociedad que se permite hablar de lo que desconoce. Todo el mundo cree que debe hablar de todo. Es lo que tienen los blogs. No nos confundamos. No estamos haciendo un alegato contra la libertad de expresión pero...quién soy yo para hablar de Física Cuántica, le dijo un amigo a otro en un bar. Y Guerrita sabía que él era torero y de Filosofía ni idea.

Existen personas que parecen vivir en un mundo alejado de la realidad. No se detienen a reflexionar, en parte, por el ritmo y las circunstancias de la sociedad actual. Pero estoy plenamente convencido de que hace treinta o cuarenta años, cuando España era aun un país eminentemente rural, la gente pensaba más en todo lo que le rodeaba. El paisano dejaba el azadón, se sentaba en un risco bajo la sombra de un árbol, sacaba el chorizo, lo ponía en un mendrugo de la hogaza, libaba un trago de la bota de vino y respiraba aire puro. Y pensaba.
Hoy nadie se para a pensar, por ejemplo, que solamente hace cincuenta años, el planeta donde vivimos estaba en la más cruenta situación que la mente humana es capaz de imaginar. Cincuenta y cinco millones de muertos en apenas un lustro.
Por eso, cuando alguien dice "otra película más sobre la guerra", realiza -probablemente de modo inconsciente- un ejercicio de olvido ( y tal vez de incomprensión). Hay que reflexionar cada vez que tengamos delante un terrible documento para que no vuelva se vuelva a repetir.
Sobre lo estrictamente fílmico solo añadir que Verhoeven realiza una maravillosa película, alejada de las mediocridades a las que nos tenía acostumbrados como InstintoBásico, Showgirls o Starship Troopers. Para aquellos que al terminar sigan pensando aquello de "más de lo mismo" decir que el director se basó en hechos reales .

Por lo general hay una máxima que suele cumplirse en Cinematografía: si hay guión, hay película. A esta sencilla regla se le puede añadir otra variable para completar la ecuación: si hay director, hay película. Es decir, a buen guión y buen director, buena película, seguro.
Sam Mendes ya había demostrado su gran calidad en American Beauty, sátira de la sociedad estadounidense. Ante Camino a la Perdición uno no puede hacer otra cosa que rendirse a sus pies -hay guión, hay director; hay película.
Junto con Muerte entre las flores y L.A. Confidential probablemente estemos hablando de la mejor producción de cine negro de los últimos tiempos -quizá porque inexplicablemente no existe cine negro en la actualidad-. Un sencillo guión -a pesar de ser mafiosos sabemos quiénes son los buenos y quiénes los malos, sobre todo si Tom Hanks protagoniza la película- y una magnífica recreación de la época de la Ley Seca. Los años veinte en Estados Unidos, la nueva primera potencia mundial tras la guerra, inversiones en una bolsa que no cesa de crecer (hasta que dejó), El gran Gatsby, a bailar, a beber, sobre todo whisky de las mafias irlandesas.
Gracias, Mendes, por recuperar el cine negro.