Hoy viajaré de nuevo en El Tren. Mi tren. El tren que me hace sentir lo que ningún otro tren. El tren sobre el que escribí hace algún tiempo:
 Un tren. Un viaje. Infinitas historias





















No debería uno contar nunca nada. Así comienza esta novela que apenas cuenta nada pero que cuenta mucho porque lo que importa simplemente es contar. Quizás la literatura más elevada sea aquélla que cuenta por contar, donde el tema es mera excusa. Ocurre algo similar con la pintura; el Impresionismo ya nos dijo que el tema era secundario, que lo importante era lo estrictamente estético. En este sentido, lo que realmente me gusta es el estilo de Marías, su pincelada, como lo que realmente nos gusta en los impresionistas es su pincelada. Me gusta que se salga del sendero y que parezca que se va a perder en el bosque pero que recupere el hilo con una naturalidad pasmosa. Y se sale del sendero narrativo tanto en lo temático como en lo formal, hasta el punto de desmarcarse de la narración cuando coteja las propias frases con el inglés, en inusual ejercicio académico en medio de la ficción. Supongo que todo esto que tanto me gusta -tan heterodoxo, a fin de cuentas- sea lo que muchas personas tanto aborrecen. Por eso recomiendo dosificarse cuando uno lee a Marías (y más en esta novela, que no parece la más adecuada para iniciarse en su obra), pues no puede uno esperar que ocurra algo trascendental en cada página.
En efecto, es la inherente necesidad humana de contar a la que se refiere el espía Wheeler la que articula la novela, y contar, en el fondo, es lo que hacen los espías, aunque aquí apenas se cuente ni se hable de espías en lo que se supone es una novela de espías. Pero poco importa. Apenas hay otra cosa que una charla entre el citado Wheeler y el narrador, Jacobo o Jaime o James o Jack o Santiago Deza; apenas se abordan más que referencias fragmentarias a Oxford o al universo académico; apenas se conoce algo de la vida privada del protagonista que no sea la ruptura con su mujer. En definitiva, apenas se cuenta algo más que lo -en apariencia- anecdótico, que se convierte en fundamental, con el resultado final de un conjunto denso pero coherente y fascinante, un conjunto significativo de la obra de Marías.