No esperaba yo encontrarme con un relato enmarcado en la Eurocopa de fútbol de 2008 cuando me decidí a leer lo nuevo de Rafael Reig.
"Todo está perdonado" es una redonda novela que critica con acidez la realidad del último siglo de Eapaña. Y claro, en esa variada salsa que nos sirve Reig pocas cosas se ligarían mejor que utilizando el deporte rey, metáfora de una nueva religión contemporánea. Allí está la España de Franco jugando contra los rusos para salvarnos de la invasión comunista; allí está la España de la Transición destrozando a Malta e inaugurando una nueva era democrática; allí está la gloria de la España ya europea materializada en un gol de Torres contra la antaño inalcanzable Alemania.
El resultado del libro es un premeditado juego de géneros: lo que parece ser negro se difumina con la tradición realista de novela de familias poderosas; lo que parece ser tristeza convive con el humor; lo que parece ser de una forma, en definitiva, resulta de otra.
La verdad es que la novela lo tiene todo: un crimen, (con su correspondiente detective fracasado que bebe güisqui), familias ricas con hijos rebeldes y chachas desgraciadas, amoríos juveniles, historia contemporánea de España y, por supuesto, el ya citado (y muy bien analizado, por cierto) fútbol.
Reig toma partido, como también lo hizo en el célebre Manual de literatura para caníbales y evidentemente, la crítica política juega un papel fundamental en la novela y permanece como perenne telón de fondo de la narración. La tesis de Reig es que unos ganaron la guerra y luego se aseguraron de que sus hijos ganaran la paz. Quizás tenga razón.
Quizás.

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Por último, dejando de lado la novela:
-¿Todo está perdonado, Iván?
-Pues sí.
-¿Y olvidado?
-Olvidar sería injusto.