Dedicado a mi abuelo
y a todos los mineros fallecidos
en las montañas de León
(donde seguramente escucharon algún filandón
y participaron en muchos concejos)

Titular a una página cultural con el nombre de Filandón y Concejo puede parecer un ejercicio de osadía. En el estúpido esnobismo reinante en este siglo XXI, donde se ponen nombres como Acciona, Universia o Blogalia, Filandón y concejo parece un intento de transgresión de los cánones linguísticos imperantes. Si uno decidiera montar una cafetería, da la sensación de que llamarla Cafetería Paco sonaría a rancio. Lo cool es que su nombre sea Cafetalia (a lo sumo El paraíso del café, o si queremos ser algo cursis pero modernos, El cafetín de Paco). Respecto a una página con una supuesta finalidad cultural, lo normal sería Culturalia o alguna cosa por el estilo. Cuando decidí ponerle título, no lo dudé. Quería algo tradicional, que tuviera sentido y valor, y que me recordara, cada vez que lo leyera, quién soy y de dónde vengo.

Iván G. Sánchez