A Follet siempre se le recordará por Los Pilares de la Tierra. Pero ése no es él. El mejor Follet -y el más criticado, también- es el de los espías. Pocos autores pueden construir tramas que encajan a la perfección y que consiguen el difícil objetivo de mantener una gran tensión durante toda la narración y no aburrir al lector (porque, a pesar de lo que muchos digan, ése debe ser el primer escalón a superar en toda obra de ficción).
Que Follet no haga alardes estéticos es algo que se debe respetar porque, algunas veces, la sencillez y el discurso directo es un ejercicio tan loable como otro.
La isla de las tormentas es una obra redonda. Un inteligente espía, un importante objetivo, una larga y tortuosa caza. Todo ello en el contexto del desembarco aliado en Francia durante la Segunda Guerra Mundial.
Absteniéndose de prejuicios estéticos e ínfulas sobrenaturales, seguro que nadie se aburrirá al leer al auténtico Follet, el de los espías.




























***
Advertencia: Si no ha leído nunca a Murakami, abandone inmediatamente esta página, apague su ordenador y diríjase a la librería/biblioteca más cercana para hacerse con un ejemplar de este autor japonés.

***

Tokio Blues es el retorno a una época clave en la vida de todo ser humano: el principio de la vida adulta (en este caso en un ambiente universitario). Tradicionalmente siempre se cree que la personalidad se configura en la adolescencia pero yo creo que esos años -cuando la legislación te considera mayor de edad- son fundamentales en toda persona. Murakami crea un mundo tan original como creíble mientras reflexiona sobre la vida, la muerte, el sexo o la depresión. El universo nipón se presenta ante nuestros ojos como esa compleja civilización en la que conviven las tradiciones orientales con la inevitable occidentalización. Es un libro hipnótico y, en algunos momentos, angustioso. En el aspecto formal Murakami emplea una prosa limpia y desprovista de barroquismo pero llena de referencias culturales, sobre todo musicales (de hecho el título original de la novela es Norwegian Wood, en honor a la canción de The Beatles. Nunca comprenderé por qué realizan esas modificaciones). Sus personajes y temáticas pueden ser repetitivos o estereotipados -aunque tal vez lo que realmente desprendan sea cotidianidad- pero cada línea posee una indudable fuerza literaria que nos impide dejar de leer.





















(Proyecto de Ledoux)

Parajes desiertos en la ciudad que me adormece
Mientras, diseño mi refugio
No
No hablaré más de ti porque no me quiero dañar

Al atardecer paseé por mi cercano pasado
Era casi tan verde como sus ojos


Pero ya soy otro
Pero ya no soy Tú, (que era lo que fui)