A Follet siempre se le recordará por Los Pilares de la Tierra. Pero ése no es él. El mejor Follet -y el más criticado, también- es el de los espías. Pocos autores pueden construir tramas que encajan a la perfección y que consiguen el difícil objetivo de mantener una gran tensión durante toda la narración y no aburrir al lector (porque, a pesar de lo que muchos digan, ése debe ser el primer escalón a superar en toda obra de ficción).
Que Follet no haga alardes estéticos es algo que se debe respetar porque, algunas veces, la sencillez y el discurso directo es un ejercicio tan loable como otro.
La isla de las tormentas es una obra redonda. Un inteligente espía, un importante objetivo, una larga y tortuosa caza. Todo ello en el contexto del desembarco aliado en Francia durante la Segunda Guerra Mundial.
Absteniéndose de prejuicios estéticos e ínfulas sobrenaturales, seguro que nadie se aburrirá al leer al auténtico Follet, el de los espías.