[por cortesía de EMI, no podemos ver el vídeo aquí y nos remite a youtube]

Recuerdos de una feliz pseudoadolescencia dando saltos -al igual que Damon Albarn- con el Destino en forma de amigo que venía de esa ciudad, La Ciudad. Aquel bar ya no existe. Y los Blur tampoco, aunque yo acabara convirtiéndome en un gafapasta que se parecía más a Graham Coxon que a Albarn (que era al que yo realmente trataba de imitar). Porque la vida me arrastró y no fui capaz de decirle a una peluquera: yo quiero el pelo como este tío. Tampoco me atreví a comprar la preciosa chupa de cuero que lleva en el vídeo, así que a lo más que podía llegar era a brincar con el señor Lois en el Dados mientras nos ponían aquella canción.