Puede considerarse a Marina como una precuela de la aclamada La sombra del viento. La misma Barcelona mágica y modernista -aunque retratada en dos épocas tan distintas como los años cuarenta y ochenta-, los similares personajes poderosos que devienen en tipos decadentes que habitan mansiones fantasmagóricas. En definitiva, similares universos oníricos pero reales protagonizados por dos niños, Óscar y Daniel. Si bien da la impresión de que Marina es demasiado infantil para los adultos y La sombra es muy adulta para los niños, ambos libros caminan por esa delgada línea -existente o no- entre la novela juvenil y la novela (sin adjetivar).
Zafón es un excepcional escritor, con un dominio absoluto de la técnica narrativa y del lenguaje. Marina nos ofrece una clara muestra de lo que va a ser Zafón. Es como Picasso pintando Ciencia y Caridad. "Este tío llega seguro".