Sísifo
 Autor:Tiziano 
 Fecha:1548/49 
 Museo:Museo del Prado 
 Características:237 x 216 cm. 
 Material:Oleo sobre lienzo 


Falcao, a pesar de que al parecer lloró en el Punto Pelota, tiene que jugar la próxima temporada en un Real Madrid que el pasado domingo viajó hasta Mallorca. Para los blancos, la isla tiene poco de aquella que cantaban Los Tres Sudamericanos y mucho de aquella de Lost, aunque ya no esté ese terrible humo negro que era Samuel Eto'o. Mou, por supuesto, sería Sawyer porque el papel del buenazo, heroico y melifluo Jack se lo otorgaron hace tiempo a Iker Xavillas. 

En la portada de la revista del corazón que regalan con El Diario de León los domingos ponía que Sergio Ramos ya había presentado a Pilar Rubio a sus padres. Tal notición quizás también saliera en la prensa deportiva, que ya es lo mismo que la rosa, o más rosa aún que la propia rosa. Pero todavía hubo otra presentación (más trascendente si cabe para el Madrid que aquella de Cristiano hace un par de años ante un Bernabéu enfervorizado de latinos y adolescentes, sin socios burgueses -probablemente de vacaciones en Marbella o en la propia Mallorca- o aburguesados): Los Casillas-Carbonero y Los Ramos-Rubio. PELIGRO.

Todo un Real Madrid en la Isla Mayor y el estadio, que antes se llamaba Son Moix y que ahora se llama Iberostar (y que el año pasado o hace dos se llamaba Ono), presentaba un aspecto desolador. 
Dice el Almanaque al respecto:

Como viene siendo habitual en la Liga el estadio no estaba lleno porque los precios se mantienen altos mientras diversos estratos sociales se precipitan al vacío, de tal manera que son relativamente pocos los privilegiados que pueden permitirse odiar en directo, y menos aún odiar en directo al Real Madrid de Cristiano y Mourinho, la muleta a abominar más elaborada y memorable de la sociedad del espectáculo del bipartidismo español. 

Pipita abrió pronto la caja de la ensaimada caparrosiana tras un error de la defensa. Fue entonces cuando Santiago Segurola comparó al argentino con Sísifo:

Higuaín es una especie de Sísifo del fútbol. Por muchos goles que logre, por importantes que sean, por eficaz que haya sido su producción en cada uno de sus seis años en el Real Madrid, comienza cada temporada como si fuera un novato. Bastan dos o tres partidos discretos para obligarle a demostrar lo que ya ha mostrado repetidamente.

Pero se le olvidó decir al antaño prestigioso periodista que la condena a Sísifo estaba más que justificada. El propio Segurola, utilizando la terminología de moda, diría que Sísifo no tenía señorío. Pseudosísifo, más bien. Y es que, hasta hace unos años cuando servidor escuchaba "señorío", se remitía solamente a significados historiográficos. Medievales, sobre todo; hoy, por desgracia, la primera acepción en mi diccionario me conduce al fútbol. 

El Madrid no tiene señorío, eso ya lo sabemos, pero al de Madeira le pitaron desde el primer balón que tocó. Cuenta la verdad o la leyenda que Di Stéfano le hizo a los sevillistas que le silbaban el gesto de dirigirles la orquesta. Luego una buena jugada: Ozil, Di María, Pseudosísifo y Cristiano, que la empaló hacia el fondo de la red. El angelito lleva 164 goles en 158 partidos de blanco. Más pitos, ese portugués qué hijo puta es y Cristiano maricón. Cristiano respondiendo a la grada como respondía Don Alfredo en Sevilla cuando aún no se había inventado lo del señorío. Al final 0-5 en medio de ese deporte nacional que es pitar al Real Madrid: Míchel, Guti, Cristiano, maricones todos.