Los últimos días del franquismo sirven de telón de fondo para esta historia que acontece en un pequeño pueblo cercano a Toledo. Alberto, el joven sacerdote progre, descubre el cadáver de la más libertina del pueblo. Desde ese momento la inquietud y la sospecha sobre su asesino será el tema fundamental de la vida social del pueblo.
Vallvey reconstruye con credibilidad el universo rural de San Esteban. Es un homenaje a una parte de nuestra historia, cuando Franco agoniza y se produce la Marcha Verde. En este contexto surge una interesante reflexión sobre la condición humana en una España que seguía (y sigue) bajo las terribles consecuencias de 1936.
En definitiva, se trata de un libro honesto, sencillo -aunque documentado- y nada presuntuoso, algo muy de agradecer cuando se aborda un tema político.